A diferencia de lo que sucede con otras series, cuyos nacimientos son el resultado de inspiraciones claras, el origen de División Miami es mucho más difuso. El presidente de NBC, Brandon Tartikoff, atento a las
modas y a las tendencias en la pantalla chica redactó un brevísimo texto que le entregó a Anthony Yerkovich, guionista del policial El precio del deber. El escrito básicamente decía que sería interesante hacer un show "de policías tipo MTV". El canal musical, que por esos años estaba en su época de oro, marcaba tendencia en un sector que oscilaba entre los adolescentes y los adultos jóvenes, y Tartikoff sabía que capturar la atención de ese público era la llave para tener un nuevo éxito en su cadena.
Luego de analizar posibles tramas, Yerkovich encontró que el mundo de los oficiales dedicados a combatir el narcotráfico podía ser el semillero de grandes relatos. El guionista pensó que anclar la historia en las playas de Florida, era la excusa ideal para retratar el mundo según la estética MTV, dueña de colores chillones y melodías pegadizas. Yerkovich escribió un piloto de dos horas titulado Gold Coast, pero al que después rebautizó como División Miami.
Según confiesa eso tiene que ver con una decisión. "Dije no a muchas series. Amo a mi familia, tengo seis hijos y me encanta estar con ellos más que con cualquiera y tengo una increíble mujer. Entonces para volver tenía que ser algo que me apasionara y me generara algo que no pudiera describir", cuenta el hombre que va por su tercer y más longevo matrimonio a la prensa. "No estaba buscando hacer series de televisión ni nada de eso pero a Tony Grantz -el productor ejecutivo- no pude decirle que no", agrega y se anima a hacer una autocrítica de su pasado: "Cuando hice Miami Vice era un joven descarado y aterrado, con un ego grande y mucha ambición. Me gustaría pensar que desde entonces he dejado esas cosas que en realidad no te sirven en el camino".
Sabe que la expectativa es mucha y él reconoce la ansiedad. "Esto es buenísimo para mí, tener la oportunidad de tener la carrera que tengo es un regalo. Estoy aterrorizado, soy un hombre viejo con un gran ego y ambición", dice entre risas cuando la preguntan si consiguió o no alcanzar ese tan anhelado "american dream". "Siempre supe que iba a ser un actor de una manera u otra y me di cuenta de que ese sueño era en un principio, pero sigue siéndolo ahora aunque fue cambiando a lo largo de los años. Lo que al principio era ambición, ego y muchas otras cosas ahora es disfrutar hacerlo y usar el regalo que me han dado y hacerlo de esta manera, en una serie que me va a tener trabajando todo el día con esta gente y los talentosos guionistas", subraya.