Teniendo en cuenta que a mis padres no les gusta el fútbol, mamé mi rayismo de mis tíos, de mi primo, del barrio y de identificarme con unos colores y unos sentimientos obreros y humildes muy cercanos y en los que me sentía muy a gusto y feliz.
Mis primeros partidos en Vk son en los finales de los 80, con el Rayo en 2ª jugando una promoción contra el Murcia y perdiéndola. Me encantaba Morón porque su sobrino venía a mi clase y eso siendo ñajo impresionaba.
Aquella eliminatoria con la radio, ya intuía que mi relación con el Rayo iría unida al sufrimiento. No pudo ser, pero al año siguiente convencí a mis padres para que me apuntaran a la secta rayista y sacarme mi primer carnet de socio. El partido de vuelta (1-1) lo recuerdo como si hubiera sido ayer.
Aquel año marcó mi infancia. Las mañanas de partido me provocaban dormir poco y levantarme como si fuera 6 de enero y vinieran los Reyes Magos. Me entusiasmé con los goles de Soto y Botella, los pases de Capón o las paradas de Férez.
Toqué pelo a la primera porque vi subir al Rayo a Primera contra el Coruña, la segunda vez en la historia, la primera mía...Y hasta hoy.
Sin embargo, antes que esto, recuerdo con 5 años vestir mi primer traje rayista, o ver al Rayo en el fondo, jugando con mi primo al fútbol sin hacer mucho caso a lo mucho que se jugaba en el cesped.
Si mi inocencia me lo permite, creo que mi primer partido sería un Rayo-Sestao. ¿Edad? 6, 7, 8 años. Quien sabe. Pero allí estaba yo, mamando mi primer rayismo,